jueves, 22 de mayo de 2014

La careta en acción

No quiero caminar, no quiero estudiar, no quiero ir a clases. Lo único que quiero, es dormir.
Anoche, estuve preparando una linda máscara que mencione hace mucho tiempo atrás…pues bueno, la dejé para el último día, como muchos.
Hoy tenemos clases en el hospital psiquiátrico. La clase tiene que ver con movimiento creativo y creación de máscaras. Me quedo con la creación de máscaras, ya que mi intento improvisado de baile de la semana pasada fue bastante precario.
Creo que la máscara me quedó bastante bien, me gusta dibujar, y ahora descubrí que también soy bueno pintando con pinturas acrílicas en superficies texturizadas, sin embargo, no creo que nos dediquemos del todo a mostrar la máscara.



Nuestra clase empieza en una desaliñada sala, aquí es donde vuelvo a ver a la profesora Erna, que para mí había desaparecido hace varias semanas. Ella nos habla acerca del programa y sus respectivos cambios, mientras que Daniel está sentado detrás. Observo las máscaras de mis compañeros, intentando descifrar cómo las hicieron, con qué la hicieron, cuándo la hicieron y si son capaces de reflejarse a sí mismos en esta cáscara de yeso y pasta muro. Hay muchas que me llaman la atención, como las de Karla y Daniela.
Luego de la llamada de atención que recibí por estar distraído nuevamente, comenzamos a agruparnos acorde a nuestros RUT. Ahora, luego de ordenarnos de esta manera, ponen música y comenzamos a saludarnos entre todos  de maneras bastante peculiares. Ha sido la clase menos común que he tenido, pero fue muy bueno cambiar de esquema e improvisar un poco. Me reía mucho tocándole las orejas, codos, brazos, manos a mis compañeros, era un festival de manoseos, quizá cuánto bicho nos agarramos ahí.
Listo, ya nos tocamos, sólo falta bailar y mostrar las máscaras. La parte del baile no es mi preferida, aún más viendo a Karla y Geraldine (bailarinas “bacanes”) comenzar la improvisación. Es bastante desmotivador, pero al fin y al cabo igual me integré de manera tardía a una especie de movimiento parecido a las algas. Nuevamente, formaba parte del grupo 1, luego veríamos al grupo dos, que sería más o menos lo mismo.



Luego de una serie de ejercicios, llega la parte que más esperaba: “la presentación de las máscaras”. Qué emoción, me gustó mucho mi máscara y no temo mostrarla, pero va acompañado de movimiento creativo, “cagué”.
Llegó el momento de mostrar mi máscara acompañado de la música mientras todos observan, creo que le llaman “pánico escénico”.
La música comienza, y para mi mala suerte, no me gusta esa música. No sé qué hacer, intento caminar, mover los brazos, las piernas, pero no puedo. Siento que en cualquier momento voy a tener que retirarme angustiado por mi mala participación hasta que recuerdo ser yo.
Les coqueteo a mis amigas y le beso la mano a una de ellas, recibiendo muchos aplausos y risas. Me siento bastante satisfecho con mi presentación.

Creo que poco a poco empiezo a entender el motivo de esta clase…


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